Origen del CEDAR

En los años noventa, Jorge Martínez creó institucionalmente un Centro de estudios darwinianos en la UAM-Iztapalapa. Se denominó el Centro Darwin de Pensamiento Evolucionista (CEDAR), que surge el 7 de diciembre de 2010. Este centro se llama ahora Evolución, cultura y cognición. Se ha enriquecido gracias a redes de cooperación nacional e internacional, reforzadas durante cuatro lustros.

Siguiendo los principios propuestos por la moderna síntesis de la teoría de la evolución, las respuestas fisiológicas, el desarrollo, el comportamiento e, inclusive, la presencia de estructuras sociales complejas en los seres vivos deben ser concebidas como parte de las adaptaciones y adecuaciones sujetas a la selección natural. El estudio de la evolución resulta primordial para entender a la especie humana como un ente producto de la selección natural y adaptado, en gran parte gracias a la tecnología, a ambientes específicos, así como una herramienta filosófica y científica indispensable para la compresión y explicación del origen y desarrollo de la cognición y de la cultura. De la misma forma, el estudio de los seres vivos, de los ecosistemas en los que vivimos, así como de la lucha por su conservación, forman también parte significativa de las preocupaciones del CEDAR.